Honduras es el segundo país más grande de Centroamérica, con una población de más de 9.2 millones de personas y una de las tasas de crecimiento económico más altas de la región. Sin embargo, a pesar de su fuerte posicionamiento económico, es uno de los países más pobres de América Latina,[1] ya que cuenta con el tercer ingreso per cápita más bajo en la región.[2] El país enfrenta grandes desafíos, incluyendo altos niveles de desigualdad, alta exposición a los efectos extremos del cambio climático y altos niveles de violencia dentro de sus fronteras. [3] Como resultado, casi la mitad de su población (48%) vivía por debajo de la línea de pobreza en 2018.[4]
Es importante mencionar que la mayoría de la población en pobreza habita en áreas rurales.[5] Las zonas urbanas se benefician del empleo que se genera de la industria de construcción y manufactura, mientras que las zonas rurales se quedan atrás en desarrollo, haciendo aún mayor la ya de por sí considerable brecha de ingresos dentro del país.[6] Al observar estas tendencias, no es de sorprenderse que la población rural esté disminuyendo: de acuerdo con datos del Banco Mundial, la población rural ha estado disminuyendo de manera continua desde 1960, pasando de 77% de la población de Honduras viviendo en zonas rurales a 42% en 2019.[7] Estas zonas rurales enfrentan aún más retos que los retos generales del país antes mencionados, tales como: falta de acceso a créditos y financiamiento e infraestructura limitada.[8] Este reporte se centra en estas zonas que se consideran rurales, y por lo tanto la muestra y las entrevistas comprenden solamente a personas y organizaciones que radican o proveen apoyo en:
- Pueblos, aldeas, caseríos o granjas.
- Asentamientos o pueblos que cuentan con un 50% o menos de hogares con iluminación, electricidad y agua corriente en sus viviendas.
- Asentamientos o pueblos que carecen de caminos o rutas de comunicación por tierra y de servicios aéreos o marítimos, así como de escuelas de educación primaria (seis grados escolares) y servicios de correo postal.
Este alcance fue establecido por ANDE tomando en cuenta las definiciones utilizadas por los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras, así como las de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), entre otras fuentes internacionales.
El emprendimiento se ha visto como una solución para muchos de los desafíos económicos y de desarrollo social que enfrentan los países en desarrollo. Mientras Honduras se queda atrás en algunas áreas clave, incluyendo actitudes, habilidades y aspiraciones de emprendimiento,[9] se está desarrollando ecosistema emprendedor dinámico para ayudar a crecer a las MiPyMes existentes y apoyar el surgimiento de nuevas empresas. Este reporte busca hacer una evaluación de los mecanismos de apoyo actuales dirigidos a las y los emprendedores en zonas rurales en Honduras. Las siguientes secciones ofrecen perspectivas basadas en datos recopilados de organizaciones que apoyan a las y los emprendedores en zonas rurales del país.